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Mariano Rodríguez Painting
Al trasladar sus dibujos presentados en Extrañas Criaturas al lienzo, el artista ofrece una interpretación más visceral y material de esos mismos universos extraños y deshumanizados. En este desplazamiento, aquello que antes permanecía contenido en el dibujo se despliega ahora en un espacio tridimensional, casi físico, donde las criaturas —ya no tan ajenas— parecen cobrar vida, rehusándose a obedecer cualquier estructura convencional. El paso del dibujo a la pintura simboliza también un avance hacia la expansión de la psique humana, hacia la posibilidad de abordar las emociones y pensamientos más oscuros desde un lugar más tangible. En este ciclo, Rodríguez no sólo prolonga su trabajo anterior, sino que lo expande en una profunda reflexión sobre la fragmentación de la identidad. Los rostros de sus figuras humanas, distorsionados y despojados de su armonía, evocan la sensación de un ser que ya no es capaz de reconocerse en el espejo. La textura de la pintura se vuelve palpable, como una huella dejada sobre el lienzo.
GALERÍA




























































Mariano E. Rodríguez, 2025. Original work, hand-made in oil on canvas. 39.7 x 40.3 cm. Commissioned by a private international art collector.
Ancla 1
EN
EL UMBRAL DE
LA
FORMA
UNA CONVERSACIÓN CON MARIANO E. RODRÍGUEZ
ENTREVISTA REALIZADA POR ALEXANDRA DE LUCA

Alexandra De Luca: Mariano, después de años alejado de la producción visual, en 2025 regresaste a la pintura. ¿Qué te llevó a retomar el pincel después de haber destruido toda tu obra anterior?
Mariano E. Rodríguez: Curiosamente, el retorno no fue iniciativa mía. Un coleccionista privado extranjero se comunicó a través de mi sitio personal y me encargó una serie de pinturas. Al principio dudé, pero algo en esa solicitud resonó con una necesidad interna que había estado negando. La pintura me llamó de una manera que no esperaba. El encargo se convirtió en una excusa perfecta para reencontrarme con un lenguaje que creía abandonado para siempre.
Alexandra: ¿Cómo fue trabajar bajo encargo después de años de crear de manera completamente libre y personal?
Mariano: Fue revelador. Inicialmente pensé que el encargo limitaría mi expresión, pero resultó ser liberador. Saber que estas obras tenían un destino específico me permitió crear sin peso. Fueron realizadas exclusivamente para la venta y esa claridad comercial, paradójicamente, me dio una libertad creativa que no había experimentado antes. No tenía que pensar en conservarlas, en exhibirlas, en justificarlas ante mi propia biografía.



Alexandra: Las pinturas son una recreación de los dibujos de tu serie "Extrañas Criaturas", vemos figuras humanas distorsionadas. ¿Cómo defines esta nueva estética que has desarrollado?
Mariano: Estas criaturas surgen de una necesidad de cuestionar la representación tradicional del cuerpo humano. No busco delinear, sino interrogar. Cada trazo es una pregunta sobre la identidad, sobre lo que significa ser humano en un mundo que constantemente nos deshumaniza. Las distorsiones no son accidentales; son revelaciones de estados internos, de fracturas psicológicas que todos llevamos pero que rara vez admitimos. Este formato intensifica el sentimiento.
Alexandra: Has mencionado que estas pinturas contienen "una violencia simbólica que permanece cifrada en la superficie". ¿Puedes profundizar en esta idea?
Mariano: La violencia está ahí, pero no es evidente ni literal. Es la violencia del existir, la que ejercemos contra nosotros mismos cuando tratamos de encajar en estructuras ajenas. Mis pinturas reflejan esa tensión constante entre lo que somos y lo que creemos ser. Cada mancha, cada fragmento contiene esa lucha silenciosa que se libra en el interior.
Alexandra: Tu transición del dibujo al óleo implica un salto dimensional significativo. ¿Cómo viviste ese proceso creativo?
Mariano: El paso del dibujo a la pintura fue como pasar de susurrar a gritar, pero con control. Trabajar con óleo es difícil, tuve que volver a estudiar y pedir asesoramiento de artistas plásticos conocidos. Si bien, la teoría la sé, recuerda que pintar o dibujar es un hobby, no tengo un título oficial, todo lo que he aprendido ha sido de manera autodidacta. Respondiendo a tú pregunta, el lienzo ofrece una materialidad que el dibujo no puede; no es simplemente copiar, es reinterpretar, dar vida tridimensional a seres que existían en dos dimensiones. Es un proceso de resurrección artística.
Alexandra: Tu formación en filosofía es evidente en tu obra. ¿Cómo influye tu bagaje filosófico en tu proceso compositivo?



Mariano: La filosofía me ha enseñado a hacer las preguntas correctas. Antes de tomar el pincel ya estoy cuestionando qué quiero decir, por qué lo quiero decir y cómo la forma puede servir al contenido. Me ha llevado a entender al arte como un territorio de exploración existencial. Cada pintura es un ensayo visual sobre la condición humana, de la misma manera que lo era cuando me dedicaba a la fotografía
Alexandra: Hablas de "la fragmentación de la identidad" en tu obra. ¿Esta fragmentación es autobiográfica o es una reflexión más amplia sobre la contemporaneidad?
Mariano: Ambas cosas. A lo largo de mi vida he utilizado una variedad de disfraces: fotógrafo, cineasta, filósofo, escritor, director de teatro, ahora pintor. Esta multiplicidad me ha llevado a cuestionar la idea misma de una identidad fija. Pero también es una reflexión sobre la época actual. Cada día leo notas sobre lo denominado “generación Z”. Al parecer, esta generación también se ha reconstruido; adaptado, no lo creo, pero sin duda han elegido vivir de una manera muy diferente. Puede que sea producto de las presiones sociales y tecnológicas, no lo sé y tampoco me interesa averiguarlo. En lo personal, mis pinturas serían la manera de enfrentar esta realidad fragmentada.
Alexandra: Tus pinturas tienen un formato relativamente íntimo, no son obras de grandes dimensiones. ¿Es intencional esta elección de escala?
Mariano: Absolutamente. La intimidad del formato obliga a una contemplación cercana, personal. No quiero que mis obras se vean desde la distancia; quiero que el espectador se acerque, que entre en diálogo directo con la pieza. Es una experiencia casi confesional.
Alexandra: ¿Qué significa para ti que estas obras ya no formen parte de tu patrimonio artístico personal, habiendo sido creadas específicamente para un coleccionista?
Mariano: Es una sensación extraña pero satisfactoria. A diferencia de mi trabajo fotográfico, estas pinturas tienen vida propia, son independientes. El hecho que ya estén en manos de su comprador les otorga, de alguna manera, una existencia autónoma. No cargan con el peso de mi biografía; son objetos de contemplación pura. En cierto modo, es la relación más honesta que he tenido con mi obra: no fueron concebidas para mí.
Alexandra: ¿Qué futuro vislumbras para tu trabajo pictórico, realizarás nuevas obras, exposiciones, tal vez?
Mariano: De ninguna manera. Ahora que estas obras han cumplido su propósito y ya están en su destino, continuaré con mis investigaciones en el área de la filosofía. El encargo me reconectó con la pintura, pero también me mostró que no es algo a lo que quiera dedicarme.
Alexandra: Para finalizar, ¿Cómo te gustaría que el público se relacione con tu trabajo en general: fotografía, poesía, dibujos y pinturas?
Mariano: Como más les guste. Si bien, el arte en todas sus formas sirve como espejo y medicina, mi trabajo es una forma de catarsis. No tengo genuino interés de las opiniones sobre lo que hago. Incluso, atender a la recepción de los demás o trabajar para “el gusto” de otros es lo que convirtió la manifestación artística actual en algo peor que el arte kitsch. Por otro lado, me aburre la discusión que se ha generado entre los artistas y la inteligencia artificial respecto a los derechos de autor y demás. Darwin decía que no es el más fuerte el que sobrevive, sino aquel que sabe adaptarse al cambio; no puedes luchar contra la evolución y si lo haces debes saber que perderás. Recuerdo a un profesor de fotografía decir que lo digital nunca superaría al negativo, tiempo después, como todos siguió enseñando con cámaras digitales. La humanidad debe comprender que el futuro es la tecnología, en todas las áreas no solo en el arte. Aquel que lo niega o no lo acepta es un ingenuo, no existe otra manera de decirlo. La mente creativa se adapta y continúa creando con nuevas herramientas, es tan simple como eso. Puedes continuar trabajando con viejas técnicas –en arte-, nadie lo impide. El único resultado que obtiene aquel artista que intenta “detener” la evolución es estancarse, dejar de producir, y eso es lamentable.
Mariano E. Rodríguez, 2025. All rights reserved.
La entrevista fue realizada por la artista plástica Alexandra De Luca
Las fotografías de las pinturas fueron realizadas en Liberty Audiovisual Studio en Villa Crespo (CABA)
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